jueves, 24 de mayo de 2007

SUFRIDISFRUTANDO

Aunque es costumbre que la campaña electoral sea continua en los medios de comunicación, por fin se ha llegado al final de ésta al menos aquí en Alcalá. Es tanto el hartazgo que producen a veces que me pregunto si son conscientes del papelón que pueden llegar a hacer. Hemos asistido a debates, a mítines, a declaraciones; hemos recibido folletos, videos, programas electorales, cartas pidiendo el voto, sobres electorales preparados; hemos padecido carteles en las paredes, pancartas en las farolas, anuncios en radio y prensa; nos han hecho ver que lo blanco es negro, que lo bueno es malo, que lo que dice uno no sirve y lo que propone otro si a pesar de ser lo mismo, nos han intentado embaucar con simplismos, con bajezas, con denuncias infundadas y no tanto, con desplantes, con prejuicios, con sectarismo, con demagogia, con crispación, con sonrisas hipócritas, etc. y aún así tenemos el deber de confiar para que velen por nuestra seguridad, economía, educación, bienestar, limpieza, trabajo, servicios sociales, y tantas cosas de las que dependemos de ellos.

Pero todo no es negativo en las campañas electorales. Da cierto gustillo cuando ves a los políticos bajar a la calle, hablar con todo el mundo, saludar, visitar sitios concurridos, prometer arreglos, etc. y por unos días uno se siente como importante y hasta partícipe de las decisiones de los gobernantes. Se hacen arreglos de última hora, se colocan primeras piedras, se lava la cara a parques, se parchean baches, se atiende amablemente a la prensa, se inauguran obras, en definitiva, una maravilla. Lástima que después del día electoral la cosa cambie tan radicalmente. Y lo curioso es que da igual estar en Alcalá que en Gijón. En todos los sitios se repite el mismo guión, gobierne quien gobierne, se presente quien se presente.

Ante todo esto hay una duda que me asalta en estas épocas electorales. Qué será lo que mueve a una persona que normalmente tiene su trabajo, su familia, su vida más o menos encarrilada, a dedicarse a la política sobre todo a niveles locales. Si preguntas a un político te contestará con los tópicos de siempre: Vocación, amor al pueblo, cambiar las cosas, pasar a la acción en vez de observar, etc. pero yo creo que eso no es suficiente en general. Yo pienso que hay que tener un punto extra de egolatría y ambición de poder y fijaos que tiene que compensar bastante pues a veces para defender ciertas posturas y cumplir con las exigencias del partido hay que comulgar con ruedas de molino. Y en definitiva, la percepción generalizada es que, aunque por suerte la mayoría de las veces resulte injusta, la gente entra en política para forrarse. No en vano estamos hartos de ver todos los días corrupción por todos lados y desde todos los colores, y es que debe ser difícil ver pasar tanto dinero por delante de las narices y contener la avaricia.

Son tantos los intereses que se ponen en juego en unas elecciones, es tanto el dinero que se juegan las empresas y por ende los propios partidos a través de comisiones y donaciones, que ahí se explica el interés y el peloteo que cada campaña sufridisfrutamos por parte de los políticos. Pero bueno, el sistema está establecido así, y la democracia es el sistema menos malo de gobierno y aquí en nuestro país, debe ser por la juventud de nuestra Constitución, los rifirrafes entre partidos no pasan de ser cuestiones políticas, aunque haya medios que estén introduciendo otras tácticas aquí también y para restar credibilidad se aluda a la capacitación personal habitualmente. En otros países de democracias centenarias como Francia o USA la política se deja de lado y se convierte en un Salsa Rosa personal tan inaguantable como divertido. Y es curioso que luego se lean entrevistas, curriculums y trayectorias profesionales de los grandes candidatos y acabemos sorprendidos de que una persona así pueda caer tan bajo por alcanzar el poder y la supuesta envidia de todos. Cosas de la política.

A pesar de todo nosotros tenemos la obligación de votar en todas las elecciones para que sean tenidas en cuenta nuestras opiniones y sigan peloteándonos, dándonos espectáculo y ridículos en las campañas. Solo con ese circo nos compensa sufrirlos. Y qué decir de la lectura de cada partido de los resultados electorales donde habitualmente todos ganan. Esa es la guinda.

jueves, 10 de mayo de 2007

SUEÑOS SON

Suaves curvas de autovía atraviesan el verde intenso que la primavera pinta en los campos de nuestra comarca. Llamativos cartelones azules van marcando la salida a Alcalá la Real, donde nos recibe una larga y frondosa avenida cruzada de grandes glorietas adornadas de caudalosas fuentes que disparan rectos chorros de agua intermitentes al cielo azul. A los lados, edificios modernos uniformes, separados por anchas calles arboladas y espaciosos aparcamientos.

Mas al interior, varios parques acogen el juego de decenas de niños felices mientras los padres ojean el periódico tranquilos en una sombreada terraza de cómodas sillas de mimbre. A la vez, las mujeres pasean los escaparates de amplias zonas comerciales, y los jóvenes, sonrientes, planean pasar la tarde en el centro de ocio y ver el último estreno de cine. En otro banco varios ancianos dan de comer a las palomas que aletean nerviosas entre sus pies y charlan de la vida. Algunos van en silla de ruedas que gracias a la eliminación de todas las barreras arquitectónicas ya pueden circular libremente.

Los edificios históricos descansan limpios y fielmente restaurados, con una detallada iluminación y albergando en su interior valiosas exposiciones y actos culturales diversos. Un gran auditorio multiusos anuncia en su puerta el concierto del mejor grupo nacional del momento, como colofón a la celebración del ascenso del equipo de fútbol local a Segunda División B, que por fin se une en éxito a otros deportes como el baloncesto o el fútbol sala que ya lo consiguieron en años anteriores gracias al apoyo institucional y de los aficionados.

Seguimos avanzando y observamos como los barrios periféricos gozan de buenos servicios de limpieza, con contenedores soterrados, aceras homogéneas y bordillos rebajados en los pasos a peatones, iluminación moderna, parques cuidados, construcciones reguladas y centros sociales para mayores y asociaciones de vecinos. Pero lo más llamativo es el casco antiguo, donde las calles están perfectamente adoquinadas, con casas blancas uniformes con un mismo patrón decorativo exterior de rejas negras, puertas de madera, balcones poblados de geranios y claveles, e inquilinos sentados en el tranco de amena charla. Y al final coronando la calle, una pequeña placita redonda con bancos que miran al centro donde se erige una pequeña cruz a la sombra de un aromático jazmín.

Desde la parte alta vemos a las afueras un gran polígono industrial que alberga a algunas grandes empresas que a la vez dan vida a muchas más pequeñas que les prestan sus servicios. Es, junto a la arraigada agricultura lo que sustenta la economía local y han atraído a numerosas familias que han acabado por instalarse en estos lares gracias a lo barato de la vivienda al evitar la especulación poniendo mucho suelo disponible y promover viviendas protegidas de calidad y alquileres asumibles. Todo ello ha hecho posible la necesidad de construir un gran hospital con todos los servicios y la distribución de los centros de enseñanza por todas las zonas del casco urbano.

Las aldeas son un remanso de paz y tranquilidad que albergan atractivas casas rurales para el descanso de los turistas. Tanto es así que muchos se quedan y conviven en armonía con las amables gentes de campo dando un toque pintoresco e interesante a la vez. Los olivares bien cuidados de acuerdo a las buenas prácticas agrícolas lo agradecen en forma de buenas cosechas y un verdor intenso donde los animales silvestres pueden desarrollar su ciclo vital con total comodidad.

Las fiestas populares gozan de una enorme participación debido a lo atractivo y la calidad de sus actividades. En las ferias lucen las mejores orquestas de baile y las mejores atracciones del momento, todo ello gracias al nuevo recinto ferial mucho mas extenso y cómodo, donde no molesta a los vecinos que deseen mantenerse al margen de la fiesta.

Y a todo esto la Mota, en el pedestal donde proyecta ese característico perfil que a todos nos une, lanza una carcajeante brisa que nos despierta y a la vez nos demuestra que hemos vivido un sueño, ese sueño al que nos llevan en cada campaña electoral. Y los sueños, como todos bien sabéis, sueños son.