jueves, 19 de junio de 2008

EL SEGUNDO APELLIDO

En España y demás zonas del mundo donde las costumbres se vieron influenciadas por nuestra cultura, existe la tradición de poner dos apellidos al nombre de una persona al nacer. Supongo que por una tradición machista, aunque la ley ya lo deje a la libre elección de los progenitores, siempre, como norma general, se suele poner el del padre como primer apellido y el de la madre como segundo, lo que provoca que el de ésta a la siguiente generación desaparezca, si no lo ha hecho ya antes por la tendencia a la simplificación del lenguaje que nos invade y que nos hace ignorarlo en numerosas ocasiones.

Algo parecido ha debido ocurrir en la Concejalía de Cultura, Festejos y Patrimonio últimamente, habida cuenta de lo acaecido en esta feria chica que acabamos de pasar. No sé si habrá sido por simplificación del nombre, por descuido, lapsus o dejadez, pero el apellido Festejos no ha merecido atención, una vez más, por parte de los responsables.

Hace unas semanas, en un artículo en Alcalá Información, el Concejal de Cultura “y Festejos”, apelaba al refrendo en las urnas de una propuesta en su programa electoral para cambiar el nombre de algunas calles por el tradicional. Así lo ponía y así lo ha propuesto y aprobado en un pleno municipal con sus defensores y detractores como cualquier cosa que lleva un esfuerzo popular el ejecutarlo. Hasta ahí ninguna objeción y no voy a entrar a valorar ese tema. Lo que sí me llama la atención es ver como otra promesa electoral recogida en su programa no ha merecido mover ni un dedo, y eso que se encuentra en la siguiente línea en el programa, justo debajo de lo del nombre de las calles, y que solo va a ocurrir cuatro veces en la legislatura y acaba de pasar una.

Ponía el programa electoral socialista en la página 12 como promesa lo siguiente: “Atención preferente a las fiestas tradicionales e institucionales”. Y después como un “continuaremos” lo siguiente: “Fomentando la participación ciudadana en la Cabalgata de Reyes, el Carnaval, las fiestas de las aldeas y las ferias de Alcalá”.

Y en la Agenda Cultural publicada por el Ayuntamiento para el mes de junio ponía esto: “13 al 16.Tradicional Feria de Junio”.

Como se puede observar, hay una cosa muy clara, y es que alguien nos está tomando el pelo a los alcalaínos. Habrá quien piense que un programa electoral es para ejecutarlo en toda la legislatura, pero, ¿quién y por qué se le da prioridad a cosas menores que o bien requieren esfuerzos o son minoritarias y elitistas, como son las Efemérides, Amici Culturae, el Rincón de los Poetas, cambio de nombre en calles, himno, etc., (ojo, todas ellas plausibles), y se dejan para después cosas que pueden disfrutar miles y miles de ciudadanos alcalaínos y visitantes?

Pues un año más, y lo recordaré tantas veces como siga ocurriendo, la tradicional Feria de Junio de Alcalá ha sido totalmente ignorada por los responsables. Los alcalaínos han acudido en masa a disfrutar de unos días de distensión y encuentro y se han encontrado un ferial oscuro, desordenado, atronador, aburrido, olvidado. Ni una bombilla que anime a la fiesta, ni una verbena que haga disfrutar del baile a todas esas personas silenciosas que ven en una orquesta la única conexión con la cultura, ni un sitio donde poder sentarse sin sufrir la mirada acosadora de un camarero al terminar la consumición, ni un acto que invite a la distracción en la noche festiva, etc. Así, miles de personas cuando le dan dos vueltas a la feria y se beben una cerveza con una tapa, se van a sus casas decepcionadas, y nuestras instituciones pierden otra oportunidad de oro de hacerse notar con algo que les llame la atención.

Quizá con esto haya condenado más que está la feria de Junio. Espero no tener tanto poder. Pero me he decidido a volver a recordarlo otro año más porque, como se hacía hace poco para justificar el cambio de letra del himno de Alcalá, si no se habla de las cosas y se abre un debate popular sobre este tema, a unos se les olvida y otros directamente lo ignoran. Si era positivo con el himno, supongo que será con una fiesta tradicional tan participativa. O tal vez no, por eso de pertenecer al segundo apellido de la Concejalía.